google116ed0c84369dad8.html ENCUENTRO CON DIOS: SENTENCIAS Y EXHORTACIONES PARA AMAR A DIOS

lunes, 1 de febrero de 2010

SENTENCIAS Y EXHORTACIONES PARA AMAR A DIOS

Sè levadura entre la masa. Hay que meterse hasta los ojos en el mundo para redimirlo. No seas un puritano, no te aìsles, no te eleves tu solo. Hùndete entre la masa para que irradies su luz y se iluminen. ¡No escondas la luz!

Afànate comprometido con tu generaciòn, codo a codo con tus hermanos.

¡Cuànto pecado en el mundo! Como un vaho pestilente que sube hasta el rostro de Dios. Pero Dios aguanta la necedad de los hombres.

¿Tu amas a Dios? ¿No te duele que se le ofenda tanto? Puedes hacer mucho.

Con tu palabra, con tu vida de cristiano, con tu oracion de apostol puedes evitar muchos pecados.
Que el amor de Dios te sugiera las iniciativas.

La muchedumbre va en rebaño, buscando placeres fàciles.
Les arrastra la mùsica, la moda, el dinero; todo aquello que entra por los sentidos.
Ellos no tienen mucha culpa, la masa no reflexiona, es vìctima del ambiente. Èsta es tu gran mision amigo: cambiar el ambiente.

Entra en una agrupaciòn apostòlica para actuar en tu ambiente, y transformarlo para Cristo.
¡Animate y rema mar adentro!

A ti que te has dado un momento a la escucha del Señor, que deseas descubrirle y venir al bosque del amor, nùtrete de la oraciòn para conseguir la fuerza sobrenatural que te ayude a ver el mal, a combatir el mal.

Reza con gemidos del corazòn, con oraciones jaculatorias, que son pequeñas oraciones lanzadas como flechas hacia el Cielo, pero sobre todo, reza el Rosario.

Acude a la Virgen, ¡haz que sea amada! reza siempre el Rosario, pero rèzalo bien, rèzalo lo mas que puedas, tienes que ser alma en oraciòn. No te canses nunca de rezar, es lo mas importante.

La oraciòn conturba el corazòn de Dios, obteniendo gracias necesarias.

Vive la misa en uniòn ìntima con la Pasiòn de Jesùs: La misa es una especie de uniòn sagrada entre Jesùs y tù.
La misa es un acto absolutamente sobrenatural.

Trabaja por la civilizaciòn del amor: la gente no ama a Jesùs porque no lo conoce, y no lo conoce porque no hay quien se lo revele; levàntate y escribe de rodillas "Dios es rechazado"...

Este rechazo constituye una catàstrofe espantosa de gravedad gigantesca, cuyas consecuencias destructivas se perpetuaràn en los siglos, hasta el fin de los tiempos:

Antes de que suene nuestra postrera hora, cuando se hayan callado los latidos de nuestro corazòn, todo habrà terminado para nosotros, el tiempo de la exigencia y el tiempo del demèrito; es difìcil llegar a ser santos, difìcil pero no imposible.

La senda de la perfecciòn es larga, como tambièn lo es la vida de cada uno. Asi pues, no nos detengamos en el camino y el Señor no dejarà de enviarnos el consuelo con su gracia.

Èl nos ayudarà y nos coronarà con el triunfo eterno.

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